jueves, 8 de marzo de 2012

Que tu felicidad sea todas las leyendas de las galletitas de la fortuna juntas.

Hay tantas cosas que me gustaría contarte. Que me siento solo de repente. Que desconfío del optimismo de los demás… de la felicidad de los demás. Que se vayan todos un poquito a la mierda. Que cuando estoy aburrido pienso en vos y cuando estoy ocupado me dan ganas de estar junto con vos. Los días pasan mas rápidos, de eso estoy seguro y la ventana chiquitica es mi nuevo mundo… mi nuevo hogar. El corazón cada día de por medio se despierta sin saber qué hacer, es como que hubiera leído a Nietzsche traducido al idioma que los corazones del mundo hablan. Qué lindo sería abrazarnos, pedirle al universo más horas para que así el momento deje de ser momento y se vuelva eterno, como el cielo, o el verano en los países cerca del Ecuador. Quiero vestirme de fiesta, y que en la fiesta hayan lucecitas navideñas, y que la comida sea abundante, y la música nos prenda fuego el cuerpo, y también que sea la música más triste para bailar. Hay veces que me siento colgando de algo, pero entonces me doy vuelta y veo que son las raíces de un árbol que llegan hasta China, y ahí me bajo del hilo y tomo un té. Que grande que es todo. Los muñecos de infancia me parecen gigantes que no puedo esconder en ningún lugar, porque crecen, pero la cama parece ser siempre igual, chiquita, enunciando su soberanía de soledad. Algunas veces me dan ganas de llorar, pero me controlo, intento no enojarme y reír todo el tiempo, mis amigos me dicen que hace bien, yo les creo, de verdad que hace bien. Que tu felicidad sea todas las leyendas de las galletitas de la fortuna juntas.

lunes, 5 de marzo de 2012

Cosas que pasan.

Cuando lo vi tuve la sensación de haberlo visto antes, incluso la certeza de conocerlo, pero no, era una ilusión. El pelo marrón y grasiento, los ojos de mar profundo, el gesto de la sonrisa y su manía de escupir verdades cada vez que abría la boca, se trataba nada más ni nada menos que de una ilusión. La sensación encarnadamente vívida de que yo ya había estado amando a ese hombre, y suicidado yo mismo enamorado una y otra, (y otra) vez… era mentira. Esa era la primera vez que lo veía y la primera vez que (lo) amaba.