domingo, 31 de enero de 2010

Breve diatriba contra la moral de la envidia.

Mamá me enseño a no cruzar la calle sin antes no mirar para ambos lados, a tender la cama como sí fuera la de un elegante hotel y por último a no tenerle envidia a las cosas que los demas tengan y yo no. Hoy por hoy solo me ha atropeyado una vez un auto, mis sabanas siempre son blancas y estan templadas como si fueran las del Marriot, pero es sin embargo la envidia por algo que todos tienen y yo no la que me exprime como tierna hoja y no me deja dormir en las noches como las de hoy.

sábado, 30 de enero de 2010

Lo que escribís es demasiado directo

Llega el verano y comienzo a ver que ropa puedo transformar para la estación. Agarro remeras que ya no uso y las vuelvo musculosas, ni hablar de los pantalones o jeans, mi ley es: si ha estado más de 1 año sin uso y guardado en el placard, CORTALO! Fue así como el otro día iba caminando por la calle con un Levi’s comprado en el año 2001 y vuelto short (hace un mes) en la mitad del “muslo”, cuando de repente me vi reflejado en una vidriera, fue entonces cuando me percate de lo flacas que son mis piernas, ósea, soy conciente de mi delgadez, pero verse en el reflejo como un transeúnte más que camina por Santa Fé y Scalabrini Ortiz generó en mí toda una nueva perspectiva de mi cuerpo. Metí mi mano al bolsillo y le subí volumen a mi Ipod , caminé al ritmo de los bites de alguna canción que sonaba y con mis piernas bien flacas y todas piqueteadas por los mosquitos fui feliz, si, soy un flaco feliz. Para cuando ya había llegado al Jardín Botánico y estaba a unas cuantas cuadras de mi psicóloga pensé que seria un buen tema para abrir mi sesión.

Abro paréntesis. Mi psicóloga esta toda bronceada porque se fue a brasil, en su oficina tiene un cuadro de Dalí junto con una fotografía de Freud, se llama Alejandra y es la primera persona que nunca desde hace tres años y medio que llevo viviendo acá que me ha preguntado el significado de chévere. Cierro paréntesis.

Bueno, no sé, le dije… si, si sé (uhhh, estoy dudoso pensé, maldito psicoanálisis uno no puede tener dudas porque ya hay quilombo) -SOY FLACO-. Afirmé

-Y?-. Me dijo ella, sabiendo yo con la certeza que estaba a punto de reír.

-Pero soy un flaco feliz-, le respondí.

-Si, eso ya lo sé -. Hizo una pausa esperando respuesta mía y al no encontrarla volvió a intervenir, -y es que antes no lo eras?-

-Creo que no... es que hoy me vi reflejado en una vidriera (Uds. ya saben la historia) y de repente me sentí como Kate Moss en versión masculina-.

A partir de aquí en adelante la sesión se va ha censurar porque empiezo a compartir mucha intimidad.

La cuestión es la siguiente, si, hay cosas que deben de ser vetadas, censuradas, y no hablo de un par de tetas o el vocabulario cochino y vulgar de un actor, ¡no!, hablo que hay cosas que son personales y muy propias que uno debe de guardarse para uno mismo, pero exponer sentimientos en un blog, sentimientos que han sido cuidadosamente seleccionados y más allá de su mala redacción pueden ser compartidos. Esto va a que mucha gente me ha dicho que mi blog es “muy directo”. A lo cual mi respuesta es: ¿qué te importa si escribo lo que siente mi corazón por un chico? ¿O si cuento mi angustia existencial hacia el amor? (que ya bastante trabaje con mi psicóloga bronceada en brasil y que ahora puedo contarlo bastantemente tranquilo). Lo que me interesa a mi es contar eso, mis dramas que son solo míos, lo que me hace llorar cuando me empedo, lo que mis amigas han tenido que soportar noche tras noche, y lo que vos (y han sido tres los que me lo han dicho) pedazo de nabo no vas a poder generar nunca en mi como hombre, como lo generó esa persona(s) hace un par de semanas, meses ó años atras. No me interesa contar historias pelotudas de putos que se ven reflejados en alguna vidriera (¿?), Carrie Bradshaw ya contó todo respecto a el sexo (y todo lo que esto implica) en una ciudad, ¿qué nos queda a entonces a nosotros? más que hablar de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de esos sentimientos que muchas veces ni siquiera nos atrevemos a tocar. Así que para aquellos que mi blog es demasiado directo, bien puedan irse a leer la sección Trágame Tierra de la revista .

http://www.esmas.com/revistatu/tragame/


(Dedicado a mis piernas flacas y a los cuadros de Dalí y Freud en mi consultorio).

viernes, 29 de enero de 2010

Éramos todos niños.

Éramos todos niños, disfrazados de animales en el bosque y alimentados por zarzamoras y otras pequeñas frutas silvestres. Sentado mirando el lago vi a un niño que tenia los pelos rojos y tocaba con dos palitos de madera un tambor que sonaba bastante ronco. De entre las rocas se despertaba una niña, llevaba unas botas puestas y vestidos de lana, olía a menta, se acercaba a nosotros bailando en círculos alrededor de violetas, el sol le iluminaba la piel blanca, como una fotografía sobreexpuesta. El niño del tambor se paro en el tope de una colina y grito palabras de entusiasmo, como si estuviésemos en una guerra, la niña con olor a menta y yo corrimos colina arriba, el tambor seguía el ritmo, acrecentaba el paso, la huella en el pasto. Todo fue blanco, yo me tiré de rebote y en rollito y rodé colina abajo hasta quedar patitas arriba. La niña que olía a menta simulaba los saltos de una rana y en su raro acento algo cantaba, el niño del tambor tocaba nuestro himno, sus ojos llorosos mostraban el regocijo, de entre las hierbas una nueva niña se unió a nuestra marcha, era rubia como el sol, entre sus pelos colgaban margaritas y tocaba el trombón.
-¡Avant!- Grité yo, y corrimos juntos de la mano, hasta encontrarnos un gran árbol, hueco adentro, cabíamos perfectamente los cuatro, adentro comenzamos a girar como si fuéramos héroes en transformación, como ya se imaginarán las risas colmaron todo el espacio, el cielo dejó pasar más aún los rayos e iluminaron las partículas blancas que flotan en el aire envidiosas de tanta felicidad, éramos todos niños.
Cansados de tanto juego los cuatro nos dormimos una siesta, la niña margarita nos tendió una cama con las flores que parecían brotar de su cabeza, el perfume y el acolchado parecía que fuese la cama de un rey de otro planeta,
-dulces sueños- dijo la niña margarita y yo que tenia frío fui cubierto por las mantas de lana que tenia la niña que olía a menta,
-siempre llevo de más porque se me enfrían los pies-, nos dijo a todos en un susurro y luego se hecho a risas. El niño del tambor saco de sus bolsillos unos cascabeles y comenzó a cantarnos canciones de cuna, quise darles algo mío que llevaba colgado en una bolsita al lado de mi bolsillo, pero el cansancio me podía,
-será mejor cuando despertemos- pensé, y mis labios entrecortadamente así lo dijeron, entonces caí en un profundo sueño.
El ocaso nos despertó junto con el trineo de los pájaros, al niño del tambor le sonó el estomago, era como un gran oso el que vivía ahí adentro, todos nos reímos, la niña margarita nos dijo, no se vayan, ya vuelvo y en un cerrar y abrir de ojos, o en lo que tarda un picaflor besar la flor volvió cargada de un ramado de frutas, todas de mucho color. La niña con olor a menta sacó de su bolso un trozo de pan, lo partió en cuatro y todos disfrutamos nuestra gran comilona. Después de semejante banquete nos pusimos de pie y enunciamos nuestra marcha, corríamos por la pradera, hacia donde el sol huía, el viento estaba a nuestro favor e incluso nos tocaba melodías, corrimos sin cansancio por horas, incluso por días, nos contábamos cosas y hablábamos de los bosques de donde cada uno venia, hasta que en medio de la encrucijada nos encontrarnos con una pared, alta, muy alta, cubierta de hiedra y otras malvadas plantas, las espinas cortaban, el veneno adormecía, teníamos que cursarla, aunque no supiéramos que nos depararía. El niño del tambor nos ayudo a subir haciendo un peldaño de escalera con sus dos manos entrecruzadas entre ellas, la niña margarita fue la primera, trepaba con mucha sutileza, cuando llegó arriba asomó su cabeza y con su mano nos hizo señas mientras soltaba una risa. Luego subió la niña con olor a menta, yo tenia miedo que algo nos pasara en esa escalada, abrace muy duro al niño del tambor, el cual me dijo no había porque preocuparse y a la cuenta de tres, uno, dos, tres: empecé a subir. Largo era el trayecto y mientras trepaba mi bolsa donde llevaba mis piedras mágicas se atoró en una rama, trate del alcanzarla, pero mis dedos no llegaban y en forcejeo la bolsa cayó al suelo, no tenia que darles, ya había escalado mucho como para bajar y recuperarlas, me sentía mal, triste, fue entonces cuando el niño del tambor que era más habilidoso que yo ya había llegado a la cima y con gritos de entusiasmo me decía:
-¡apúrate, apúrate!- dándose media vuelta y lanzándose del otro lado de la pared, yo subí apurado, y cuando se descubrió la vista que el muro entorpecía, los vi a los tres niños caminando cada uno por su lado, alejándose, hasta convertirse en un punto en el inmenso horizonte. Éramos todos niños y el tiempo ha pasado, yo también seguí en mi camino, ha sido difícil caminarlo solo, pero en los malos momentos gracias al buen viento oigo las voces de los otros niños y como no pude darles nada mío, es esta fabula la que hoy les escribo.

miércoles, 27 de enero de 2010

those were my decisions

Ignacio se dio cuenta que ya no hacia calor, apago el ventilador y pensó:

No puedo arrepentirme de lo que haya hecho, mis actos concientes ó inconcientes de lo sucedido esa noche, un 7 de diciembre, fueron un reflejo de una relación que era perecedera. El fin ya estaba cerca.

sin embargo...

Quiero dejar de recordarlo, quiero entender que estoy mejor así y que el extrañarlo es una simple idealización del pasado; Mente: no me jugues estas pasadas, destino ayudame esta vez por fin, por favor.

Y si...

Hay veces pienso que preferiria no haberlo conocido, asi me ahorraria estos sentimientos. Es preferible lamentarse por lo no sucedido a sufrir por lo que fue y ya no esta nunca más, nunca.

lunes, 25 de enero de 2010

En su momento llegará el indicado, son las 6 palabras que más he oído.

Algunas veces me preocupa tener 25 años y no haberme enamorado y pienso, porque pienso mucho (de más incluso) que si así pasó volando mi cuarto de siglo, fácilmente podré tener 50 y seguir lamentándome por no haber amado nunca.

Prendo un palito de sahumerio que en su estuche dice: “romance y amor”, de fondo Lisandro Aristimuño nos maldice con su hermosa melancolía e idelizaciones de amores que a muy pocos les suele pasar, ó que peor aún, creen que les pasa y con el tiempo resulta ser una desilusión más.

No me gusta ser pesimista en esto del amor, no sé sí es la edad, pero una vez me encontré diciéndole a mi grupo de amigas (unos cuantos añitos más jóvenes que yo), que con el crecer se volvía más complicado el acto de amar. La desilusión en sus rostros fue tal, que tuve que decir algún chiste para tapar mi frustración y las mil heridas de mi corazón.

Ahora ultimo me encuentro un poco más optimista, o no sé sí esto ya sea resignación, como sea, cualquiera de las dos me vienen bárbaro. Ahora no solo disfruto de mis diálogos amorosos con chicos imaginarios, sino que saludo a un alguien cada vez que entro a casa, y si, lo disfruto, disfruto de estar en la compañía de mi amante imaginario, de dedicarle canciones que a mi me gustaría que algún día alguien me dedicase y por qué no leerle frases de libros que seguramente compartiría, y es que hay veces sucede tanto en mi cabeza, que como me dijo alguna vez un amante (y es de las pocas cosas que de él rescato), ya estaba cansado de que el mundo me pasara por delante de mis ojos y no poder compartirlo con alguien.

martes, 19 de enero de 2010

Reciclaje de frases de amor.

(Creo fielmente en el reciclaje de frases de amor, no porque la imaginación no permita crear más, sino porque cada vez que se dicen de nuevo y estas salen de vuelta desde el corazón se resignifica, e incluso logra redimir al antecesor, como si fuera una yuxtaposición de tiempos, un fundido encadenado donde el pasado deja paso al presente. Es así como alguna de estas frases las he dicho, me las han dicho, las he imaginado, las he escuchado decir y que se las han dicho a otras personas. Gracias a todos ellos que de alguna u otra manera se han vinculado conmigo por medio del discurso amoroso).

"El amor no se extingue, simplemente se traslada de lugar".
Respuesta: "El problema es cuando la otra persona no quiere que cambie de lugar".

"Amar a alguien es como correr una maratón y yo llevo corriendo al lado de su papa 25 años hijito".

"Tú fé no esta en Dios, sino en el amor, pero cuidado, no la idealices".

"Mi psicóloga me dijo que tengo que aprender a dejar de relacionarme intelectualmente con las personas (hombres), el problema que me pasa con vos, es que cada vez que me coges, terminas susurrándome al oído algo de Wong Kar-Wai".

"Te presto mis rulos para que los acaricies cuando te canses de los tuyos".

"Sos un tipo de flaco con quien uno se puede sentar en un café y hablar cosas copadas".

"Créeme, una persona tan flaca como vos no se olvida así de fácil".

"La primera vez que te vi entrar pensé que eras un chico que venia de New York".

"Sos un hombre vestido y yo un chico desnudo recostado al lado tuyo".

"Tengo miedo de que más allá de mis 10 canciones más reproducidas en mi IPod y mi par de jeans Felix se de cuenta que soy normal tirando a standard menos".

"¡Hey! Mirame… ESTOY AQUÍ".

"¿Por qué no usaste mis piernas como almohada?".

"Ya está, cuando uno quiere y la otra persona no, no se puede hacer nada más. Ya fue".

"Como una loba en celo, voy a lamerte tus heridas".

"No sé que tan poco o que tanto estás acostumbrado a sentir, pero insisto, sentirse amado es el mejor momento".
Respuesta:
"si, ha de ser así, me imagino. Yo solo he sido amado por mi madre, padre y hermana, pero en mi cabeza y en las mil y un historias que me creo, siempre sentirse amado es bonito."

domingo, 17 de enero de 2010

Hielo en mi coca cola light.

odio cuando la puerta del freezer no se puede abrir inmediatamente al haberse accidentalmente o no cerrado.

sábado, 16 de enero de 2010

Estar Bien

Hace falta poner una canción vieja, una de Janis Joplin por ejemplo, prender el cigarrillo de reserva que se esconde entre las copas sucias de polvo por el poco uso que últimamente se les dan y poner toda la voluntad de estar bien. La historia que voy a contar es sencilla, el chico con quien salía hace un mes y el cual así como llegó, me dejó por que quería estar solo, ahora esta de novio con alguien no solo seguramente más lindo que yo sino... -!mierda!- MÁS LINDO QUE YO. Así que mi cabeza razonó dos cosas muy adentro suyo, la primera fue (dos puntos): ponerme mal y poner la canción melancólica que siempre oigo para sentirme un desgraciado ó la segunda (dos puntos): tragarme profundamente esa rara sensación y decir: estoy bien sin él. Para muchos esto podría ser una negación, para mi psicóloga un gran paso y avance de diván, para mi una noche de sábado más llena de pensamientos al pedo que se prolongarán en un terrible domingo. Dentro de todo esto me pregunto: ¿es tan difícil conocer a alguien que valga la pena? ¿hasta que punto esta dispuesto uno a conocer a alguien sin desgastarse emocionalmente? ¿lo mejor será meterme a un gimnasio y subir unos kilos de más? ¿las bananas se meten a la heladera o se dejan afuera?
Los años pasan, ¿sabes? Y el miedo a que todo se vuelva conforme… y no hablo de desayunar todos los días lo mismo, no, hablo… ¡me asusta!, ya no sé que decirte, ya no sé que pedirte. Ya las doncellas del mayo francés dejaron de cantar, ahora mírame a los ojos y decime que me amas, porque seguir la vida así… tan ordinaria.

Si, ayer hable con él y no, nunca estuve conforme, vos sabes, yo sé que vos sabes, y lo gracioso es que le repetía palabras que ni siquiera eran mías, mientras que el saxofón aún me recordaba lo malo que el recital había sido, bah, estas peor que Nicole Kidman, le dije y fue feo, porque luego pensé: Yo soy mucho para él.

Dame un cigarrillo, en momentos así es cuando de verdad lo necesito.

¿Cómo voy a estar bien? Estoy es más tranquilo, aunque el temor de volver y el saber que no están ellos, que esa calle me recuerda ya a tres idos, que de mi guía debo de eliminar algún que otro recorrido, que esas personas que tanto me abrieron ahora son solo el recuerdo y yo a vos ni siquiera te tengo, ni si quiera eres mio.

Esta mañana me levante y estaba envuelto en las sabanas, y me recordaron a vos y para qué, sí son tan solo las siete y media de la mañana. Las botas, el teatro, mis manos con el olor a tu sexo, un corte nuevo de pelo.

Disculpa, ¿tenés fuego?

No sé, debe de ser el polvo. ¿CUÁNDO PODRÉ ABRAZARTE?. Es gracioso, ¿sabes?, Sontag definió a Arbus y a Warhol como opuestos, sin embargo aclara ella, que ambos llegaron al mismo resultado, la primera desde lo marginal y el segundo desde lo capital y ahí encontraron la belleza. Bueno, no quiero sonar engreído pero lo mismo me pasa con una amiga, ella desde su abundancia y yo desde mi escasez, buscamos lo mismo y no lo encontramos, pero por lo menos quiero creer que descubrimos belleza en el camino.

Vértigo

Aún me pregunto a dónde se van esos besos que nunca más se dieron. ¿Qué ha de ser de ellos? Hay veces pienso que se proyectan en besos venideros e intentan recuperar los labios que tocaron, algo así como en esa película de suspenso donde un hombre intenta convertir a una mujer en el amor que ha perdido.
El sabor de la naranja dulce y el pescado exponiéndose (atestando) el aire.
La cocina esta limpia y mis manos siguen sucias, el piso dañado y la boleta de las cuentas. Alguien toca la puerta.

El Perro y El Canario

Ten paciencia, me dijo un perro alguna vez, y sin entender miré al canario y luego huí. Ahora bien, tengo paciencia y extraño el no tenerla, el buscar interminado, el besar de aquel pájaro, son solo dos, contó con sus dedos, son solo dos, murmuró, y juntos no hacen uno, no hacen el amor.

Sonidos sin pretextos, solo sonidos tan graves como vos, y el ajo entre los dedos y las uñas que no tengo, recuerdan el sexo y el cuchillo con que se corto.

¿Basta ser lo suficientemente hombre para encontrar al hombre? No sé.

Piernas delgadas entrecruzadas, amanerado y corredores amarillos de cielo morado retumban su nombre de burlas y colegiales desvastados.

Creer, pensar, ser superficial y afeminado. Sostenme, ven ya y sostenme.

Despedida a un Amante

La porno mal gastada sobre el cuerpo inocente, las manos angustiadas por el olor ausente, ya sé bien que no soy tu hombre, el que lucha, el que bese; soy debil, mucho más debil. No obstante aún te pienso y sobre todo te anelo, por qué no me abrazás y venís a bajarme la fiebre, que las sabanas estan limpias y bien tendidas, los vecinos creo que duermen, solo es eso, el gesto.

La lacena sucia y la señal incipiente, las maletas empacadas de la puta que algunas veces viene, la tristeza del cotidiano, la pareja que no se entiende y por amor forzado aún se mantienen, se esconden en fotos de un hijo no engendrado que a su vez no es hijo. Todo se detiene y aún no me respondés, no sé si valga la espera y el tenerte paciencia, no sé si mi cuerpo pueda sostenerlo. La parada del colectivo, ella, las luces, el cuerpo adolorido, el agua fria, ¿por qué no tomás un poco?… creo que esto es lo más que podemos llegar a hacer: amigos.

Creo en el afan de enamorarse y eso lastimosamente es lo que me hace estar contigo, no concibo sin embargo el desorden de los besos, el mal cine acarciando mi pantalla, tus dedos, el perfume de tu cuello. No soy ese hombre y tu tampoco lo eres, ven al mar, ven y muere, en el encuentro sobre mi cuerpo.