sábado, 16 de enero de 2010

Despedida a un Amante

La porno mal gastada sobre el cuerpo inocente, las manos angustiadas por el olor ausente, ya sé bien que no soy tu hombre, el que lucha, el que bese; soy debil, mucho más debil. No obstante aún te pienso y sobre todo te anelo, por qué no me abrazás y venís a bajarme la fiebre, que las sabanas estan limpias y bien tendidas, los vecinos creo que duermen, solo es eso, el gesto.

La lacena sucia y la señal incipiente, las maletas empacadas de la puta que algunas veces viene, la tristeza del cotidiano, la pareja que no se entiende y por amor forzado aún se mantienen, se esconden en fotos de un hijo no engendrado que a su vez no es hijo. Todo se detiene y aún no me respondés, no sé si valga la espera y el tenerte paciencia, no sé si mi cuerpo pueda sostenerlo. La parada del colectivo, ella, las luces, el cuerpo adolorido, el agua fria, ¿por qué no tomás un poco?… creo que esto es lo más que podemos llegar a hacer: amigos.

Creo en el afan de enamorarse y eso lastimosamente es lo que me hace estar contigo, no concibo sin embargo el desorden de los besos, el mal cine acarciando mi pantalla, tus dedos, el perfume de tu cuello. No soy ese hombre y tu tampoco lo eres, ven al mar, ven y muere, en el encuentro sobre mi cuerpo.

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