viernes, 12 de noviembre de 2010

jueves, 11 de noviembre de 2010

No levantes esa voz que me irrita.

Estoy podrido, la verdad es que estoy podrido y cuando digo podrido me refiero al sentido literal de la palabra, consumido como por un cáncer o descomposición de mi propia carne interna que me carcome desde adentro hacia fuera, adquiriendo un desagradable color marrón, repugnante, viscoso, asqueroso. Me inunda un gran cinismo, unas ganas de maldecir y escupir veneno, veneno a todas las personas que alguna vez se cruzaron en mi vida y así mismo se fueron sin decir adiós. Un día voy a enloquecer, voy a dejar de percibir la realidad y mi representación de ésta va a ser tan delirante que no habrá otra opción mas que matarme o encerrarme en un lugar neutro. Ya ni la música triste me revitaliza, ya no me hace sentir miserable y recordarme que estoy vivo. Odio ser un maldito existencialista, odio a Nietzsche, amo a Nietzsche, lo amo y lo odio, lo odio y lo amo. Hay veces siento una fuerza tan oscura adentro mío que “a un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas con la fuerza de mi dedo meñique”. Esto es una guerra de la cual nadie sale sin derramar sangre, es una guerra civil de mi propio cuerpo. Soy fascista, invertido, pervertido, soy escoria humana, soy escoria televisiva de los años ochenta. Me produce placer ahorcar a alguien mientras hago el amor, me cago en el acto del amor implementando la violencia, me gusta amar con violencia, soy fascista, ya lo dije, pero amo como un comunista. Me soba la política, pero me soba más el hecho de que me sobe; podría tener una opinión, no tengo opinión, solo repito cosas leídas de libros, ni siquiera tengo una poética de la cita, solo plagio, copio, soy un loro adiestrado a lo conductista. Si me prometes un beso lo mas seguro es que te la chupe, antes me gustaba chupar pijas, ahora me dan asco. Estoy podrido y que se pudra todo conmigo, fuck las vanguardias artísticas, que se joda Warhol y ojala Nicola Constantino se haga un tapado con su propia piel y nadie le pague miles de dólares por ella porque esta fétida.

martes, 26 de octubre de 2010

RESPUESTA A UNA CARTA SIN CONTESTACIÓN y LA FOTO DE UN DESCONOCIDO

Yo lo que busco no es la gloria, tampoco fama… aunque me tente la idea de ser reconocido e ir a Oprah. Tampoco busco el brillo, ni una dentadura perfecta, no busco mi reflejo en un espejo por vanidad, es más bien porque me gusta confrontarme a mi mismo. Bueno si… algunas veces para acomodarme el pelo.

La otra noche me encontré una foto de un desconocido. Caminaba por la calle cuando en la vereda estaba tirada, ahí, mirándome, mirando el cielo, perdido en la urbe.

-Esta foto es alguien-, dije, -y se le ha perdido a su dueño, a su índice. Deberia sacarle fotocopia (a esta copia) y pegarla en los postes como cuando se pierde un perro-.

La levante del piso y detallé cada forma que ante mis ojos impactaba, retenía, parpadeaba. La toque con mi dedo pulgar tratando de limpiar los rayones y el envejecimiento, como buscando que fuese nueva, recién tomada… evocando el ahí y ahora del momento en que fue creada. Quería ser esa fotografía. Mi cabeza entonces comenzó a volverse un álbum y olía a lo que huelen los álbumes, y en la pagina más reciente estaba la foto de Él. No la del desconocido, sino la de Él. Es una taza, una taza que contiene café, café que es con leche y dos cucharadas de azúcar, una cucharita que revuelve el café con leche y azúcar contenido en una taza, que cuando era sorbido, por que estaba caliente, la cucharita torpemente se venia contra su nariz.

Como en el cuadro de Van Gogh en Sueños de Kurosawa me metí adentro de la fotografía y contemplé. Mientras Él tomaba el café me percate que yo en ese instante pensaba: -No me respondiste la carta que te hice-, y con ese pensamiento obturé y lo capté a Él.

Las fotos tienen un carácter melancólico, siempre… es la materialización de un pasado que normalmente fue feliz. Vacaciones donde la abuela, mi primer año, graduación del secundario, abrazo con el enamorado, sonrisa al lado de Darín después de una conferencia de prensa, el viaje a Europa, ella, él… Vos. ¿por qué entonces tirar una fotografía a la calle? Tal vez fue alguien que la perdió. ¡No!. ¡Uno no pierde fotografías!. Uno las tira. La fotografía es registro de la vida vivida, y el hombre se aferra a su existencia aunque sepa que la muerte es lo mas certero estando lejos o cerca. ¿por qué tirar entonces una fotografía?

La otro noche mientras caminaba por la calle sorprendido me encontré una fotografía. La levante del piso y detallé cada forma que ante mis ojos impactaba (…) y era la foto de Él, que se había caído de mi cabeza. Con mi dedo la escarbe, intente reconstruir su ahí y ahora, pero no pude… porque yo estoy aquí y Él en el tiempo lleno de su propia fiesta.

domingo, 17 de octubre de 2010

blah.

Correr
Bosques de Abigail y una casa en el fondo con arbustos de fresas salvajes.
Infancia y vestidos blancos.

Anteojos de sol. Cine moderno y muecas a la hora de morir.

Correr
Fiordos y un teatro desolado remixiado con cantos de gaviota junto al grito de una madre huérfana.

Blanco y negro
Suéteres cuello tortuga que se pierden entre ácaros de la luz de un proyector.

Correr
Marcos dorados, ojos de cristal y cuerpos rendidos ante la contemplación.
Marcas en la piel, saliva espeza por el cianuro, porfolio con escritos y la mirada de un niño.
Tópicos visuales en el deambular del dandy, masturbación del sexo contra un tubo de óleo.

Correr
Agotamiento.








Correr,
muerte,
muero… corro,
estoy muerto.

viernes, 15 de octubre de 2010

respuesta a un otro pensamiento

Este escrito nace como respuesta a un otro pensamiento. No sé si busque darle una respuesta verdadera, pero tal vez si otra forma de percibir una canción en la radio cuando tenia 12.

Siempre proyectamos algo en el otro, es imposible no hacerlo. Incluso el mono que le saca los piojos a su cría esta proyectando una pulsión en el acto de acicalamiento, para que sea luego el bebe gorila el que la despioje a la madre en un hecho de agradecimiento.

Muchas veces deseamos que otras personas hagan lo que nos gustaría que hicieran, algunas veces porque es lo que nos conviene y otras porque hay un deseo interno frustrado y queremos que otro nos lo resuelva. Creo que en ninguno de estos dos casos hay una comprensión clara del ser del otro, incomprensión natural en el hombre y es tarea de éste aniquilar esos hologramas que deposita en el otro puesto que sino vagará siempre en una nebulosa de cuestiones no resueltas y bastante opacas.

La madre gorila que limpia a su hijo, no solo lo hace porque busca una recompensa, sino porque tambien inicia al bebe mono en la preparación de la vida en la selva, en el ritual del ser familia, en lo cultual de las relaciones, en la conciencia de que el otro es a medida que uno lo deje ser, en el hermoso acto de un día pararse, irse, caminar y ser hombre.

martes, 21 de septiembre de 2010

Eramos Felices

De repente siento que mi vida se convirtió en una sinopsis de una película ó tal vez siempre lo fue, solo que nunca reconocí esos elementos que la catalogan en el genero de drama romántico ó en el peor de los casos, en una comedia de humor negro que a carcajadas se burla de mi.

Hoy caminaba mientras veía a los estudiantes celebrar su dia bajo un cielo gris y todo nublado, alegres jugaban ignorando el hecho de que esta a punto de largarse a llover, ó tal vez intentaban cubrir ese mismo hecho con risas y uniformes bordó. -Que lindo es este país en el que vivo-, pensé, -celebrar la primavera es tan pagano que solo a los argentinos se les podía ocurrir-. Una imagen me llego a la cabeza y mis labios de manera casi imperceptible dijeron: ---éramos felices-. Yo que soy una persona idealista del amor, y por ende un empedernido a la melancolía del pasado, no pude dejar de reparar en esas dos palabras. -¿Quiénes éramos felices?- Me pregunté. ¿Se puede hablar de un nosotros cuando el tiempo de una relación ha sido corta y ni siquiera se consumó?-. Me sentí estupido, pero luego me permití ese sentimiento de poder hablar de un nosotros, porque fue hermoso, porque no importa que únicamente haya sido un instante, una olla verde y un beso nervioso en la puerta.

Es curioso como la vida es tan azarosa, como de repente existimos en nuestra brutal existencia y no tenemos dominio sobre ésta. Seria completamente ingenuo pensar que podemos apoderarnos del devenir, y testarudo otorgarle un sentido místico de destino, porque la realidad es cruel cómo también lo es hermosa, porque hoy ya sé que esa otra persona no esta y capaz me duele, pero hace poco tiempo en un presente no lejano agradecí vivir un abrazo interminable.

Siempre lo he dicho, creo en la resignificación del acto amoroso, del discurso de amor; Alan Resnais ya lo filmó y Deluze ya lo teorizó, porque un nuevo amor redime a uno viejo, lo libera, descubre algo nuevo, reconstruye una herida vieja, y pide prestado algo de un pasado amor; tal cual como la novia el día de su boda, vestida de blanco, debe de tener algo nuevo, algo usado, algo presado y algo azul.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Un poema de Lorca circundaba mi cabeza, la de Ignacio. Las nubes oscuras que no parecían aclarar daban la luz perfecta tras el ventanal, una prenda vieja y poco usada llevaba el nombre de varios cuerpos masculinos que fueron, son y siempre serán ausentes, sin embargo esa mañana como por obra de magia todos y cada uno de ellos eran esa tela, eran UNO mismo, una gran comunión y mi saliva el vino.

Textos varios de entre tablas, entre camas, entre sueños y entre susurros brotaban de mi boca, pero como si le hablase a mi reflejo, las respuestas que oía eran los residuos del aire perturbado por mis palabras dichas hace segundos atrás.
El obturador sonaba.

Ignacio ahora estaba en una encrucijada y en un momento deseo que fuese épica, llena de extras, parafernalia y efectos especiales, luego se arrepintió, tanta sangre y multitudes de gente podrían ponerlo más nervioso aún, así que se quedo más tranquilo al aceptar que en este juego el cual yo creía que jugaba, solo y unicamente habían tres.

La canasta roja que tenia colgando en su antebrazo llevaba pan, sal y miel, era un regalo, uno de esos que a él tanto le gustan hacer, estaba dispuesto a probar, así que parado frente a la cajera que le sonreía con una hipócrita cortesía similar a la de los retratos pintados de monarcas, recibió un llamado… hubo una pausa, la gente atrás suyo en la fila algo murmuró.

–Mejor no llevo nada- le dijo Ignacio a la cajera, y fui yo en ese momento el que falsamente sonrió. Ignacio decidió hacerse a un lado, no solo en la fila del supermercado, sino entre dos hombres que ya no me pertenecerían nunca más.

martes, 27 de julio de 2010

Yo no estoy listo para tener una relación seria

Hace unos días atrás hablaba con un chico, él me contenía una crisis de pánico de esas que me suelen dar cuando es domingo. Yo le hacia reproches y planteamientos a los cuales su respuesta fue: “Yo no estoy listo para tener una relación seria”. En ese momento mi rostro se desfiguro un poco por dos razones fáciles de identificar:

La primera porque claramente yo esperaba otra respuesta que jugase más a mi favor
Y la segunda por el coraje que me dio de que no haya tenido la valentía de aclararme todo desde un principio así yo me ahorraba un par de sentimientos.

Más allá de que todo se arreglo con esta persona cuyo nombre me reservo por cuestiones de privacidad y porque siempre he querido hablar de un amante en pronombre oculto, me surgió la siguiente pregunta:

¿Por qué la gente habla de estar o no estar lista para una relación amorosa como si de una tortilla española cocinándose en una sartén se tratase?

En lo que mi experiencia me brinda creo que el ser humano nunca esta o no esta listo para una relación, simplemente ESTA.(y este ESTAR fluctúa por una especie de éter de las relaciones hasta que por x ó y motivo se forma una pareja), he aquí sin embargo un problema de semántica de la lengua española y es que ésta divide dicho verbo en dos: SER Y ESTAR. Digo problema ya que en el amor uno es y esta enamorado, todo junto por igual, porque el estar es un estado y el ser un acusativo que define (valga la redundancia) al ser humano.

Volviendo a lo que nos comete, me parece de un completo mal gusto proclamarse listo o no para encarar la construcción de un algo, porque una relación se construye a base de fracasos y momentos y cuando “no se esta listo” es porque hay algo en esa tortilla que esta faltando. Sobra decir que esto no es una diatriba a mi amante oculto (el cual espero que lea esto), sino más bien una tegua, un paz y salvo para encarar una nueva forma de relación a la cual espero que si “este listo”, ó “al punto”, ó “3/4” para que ambos abordemos esto de las relaciones gourmet/amigos que garchan.

(Claro porque para garchar sin compromiso TODOS, like a boy scout, siempre estamos listos)

viernes, 7 de mayo de 2010

PedirPerdón

“El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Sólo puede intuir y adivinar lo que de verdad está viviendo. Y después, cuando le quitan la venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qué es lo que ha vivido y cuál era su sentido.” Milan Kundera.

Hay veces que no entiendo por qué dañamos a las personas que más cerca se tienen, esas personas que te han brindando luz cuando sólo había oscuridad, esas personas que se han acostado en tu pecho para oír de cerca lo que tu corazón tiene para contar. En casos como estos, no solo hay que hacerse cargo de lo que uno hizo, sino cargo de la culpa que uno lleva por haberlo hecho, y ese, ese sentimiento de no poder dejar de tener la mirada baja, ese sentimiento que luego te hace hacer actos ridículos para tratar de corregir ese error, ó en el peor de los casos taparlo cómo si nunca hubiese existido, es la cuota (después de mucho padecimiento) que permite redimirse.

En El libro de los amores ridículos, uno de los personajes dice algo horrible sobre un hombre de buena fe, y su arrogancia es lo que lo lleva abajo, la necedad le impide ver sus errores y sobre todo darse cuenta del daño que engendra en los que le rodean y circundan su existencia. Entonces, ¿hasta donde nuestros actos dejan de ser confianzudos y de auto supervivencia, para convertirse en agresión? ¿Cuánto uno puede herir a alguien? ¿y hasta dónde llega el perdón de esa persona que se hirió?

Creo que romper la confianza con alguien es uno de los sentimientos más terribles que el hombre puede experimentar/vivir, y por eso mismo la mente es sabia y se encarga de meternos en el cuerpo entero lo que tanto las religiones nos han inculcado: el arrepentimiento encabezado por la culpa, el hijo pródigo, el padre misericordioso. Hice algo de lo cual me arrepiento, y lo peor del asunto es que lo hice en un acto insignificante, y no, no hablo de engañar a alguien, hablo de… qué importa, el daño hecho esta, ahora solo me queda pedir perdón.

Perdón.

martes, 27 de abril de 2010

Lista de reproducción de mi ITunes

Recordás cuando te maldije por hacerme escuchar ese grupo de música que a vos tanto te gusta? Tu respuesta fue sencilla: pero si yo estoy aquí, y de aquí no me muevo. Lo paradójico de la situación es que a los cuatro días vos te fuiste y me dejaste escuchando al grupo de mierda ese que según mi reproductor es ahora el que más escucho. ¿Cómo se encara un domingo cuando vos no estas? Sí era tu cuerpo el que me consolaba y ahora las sabanas me tragan. Me masturbo tres veces al día para borrar tu ausencia con placer momentáneo, algunas veces aparece tu sexo en mi mente y me doy cuenta que es lo que menos extraño, extraño tu barba y esa manía de ahorcarme entre tus piernas.

sábado, 24 de abril de 2010

Have Fun

Me divierte divertirme, me divierte cogerme a alguien y ni siquiera saber su nombre, me divierte una pija anónima que genere placer y luego repudio (al acabar), me divierte ver chicas lindas y hacerles ojitos coquetos, me divierten las uñas de Mages cuando eran largas, postizas y sonaban como críspetas (pochoclo), me divierte estar montado en un tren en San Francisco (EEUU no Córdoba) y pensar que me voy a enamorar de algún chico (lindo), me divierte oir Lykke Li y ver el Facebook de algunos cuantos, me divierte mi ingles chapuceado y la foto del carnet universitario, me divierte verme en algún reflejo y mis chupines bien ajustados, me divierte hablar con Luke Acosta y gritarle: ¡PENDEJO! Cuando me manda una carita sonriendo (☺), la verdad es que me divierto. Ahora bien… tengo los pies hinchados y creo que mal aliento, el pelo con Fritz y mi corazón sin ningún enamorado.

sábado, 10 de abril de 2010

Un cuarto de hotel

¿Por qué cuando estamos abrazados a alguien hablamos suavecito? es como si quisieramos mantener el momento en nuestras lenguas, que el aliento sostenga la intimidad de los cuerpos, que el peso cobre vida y nos eleve al cielo.

lunes, 5 de abril de 2010

petición

Me gustaría pedirte algo, quiero que me quieras como soy, que te banques que me toque el pelo cada dos segundos, que desee unas botas Gucci, que te emociones cuando dirijo a un actor, que me sorprendas borracho después de dos cervezas, que cuando llore me repares esa herida, que no me mires mal cuando gaste de más en ropa, que me pidas un pete, que me calles cuando hablo por tapar un silencio, que me tomes una foto mientras duermo, que me celes, que ambos miremos al chico lindo que nos cruza cuando caminemos, que me esperes en la parada del colectivo, que te acuestes en mi cama bien tendida, que aguantes la canción que oigo mil veces al día, que te sepas el nombre de mi psicóloga, que nunca nunca leas esto, que me chantajees para darme un beso, que te caigan bien mis amigos, que veas una película de Wong Kar-Wai conmigo, que me beses en frente de tu ex novio, que te banques mi delgadez, que me toques mientras duermo, que sepas mis alergias, que no digas nunca nunca no sos vos soy yo, que me cuentes cuentos de hadas, que agarres las llaves de mi casa cuando las dejo sobre la mesa de algún bar, que me pongas la mano en la pierna mientras conduzco (el auto que no tengo), que te pongas mi remera, que tomemos licuados de durazno, naranja y frutilla una tarde de verano, que te pongas cachondo cada vez que te beso, que me oigas cuando te leo frases de un libro, que viajemos juntos por Europa, que nos tomemos juntos una botella de vino, que no te tallen mis rodillas cuando te abrazo con mis piernas. Me gustaría pedirte algo, ¿puede ser?.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Hoy tengo ganas de ser Yo el que hablo y no Ignacio como interlocutor de pensamientos sueltos. Hoy quiero hacerme cargo de icebergs y de los vientos fríos provenientes del sur y metodológicamente iré perdiendo la conductibilidad de este escrito hasta quedar tan desnudo como mi cuerpo.

“Los domingos son fatales”, oí que alguien me dijo una vez por ahí, ¿es entonces una sensación colectiva que se engendra en cada uno de nosotros? (incluso en Ignacio por más que no exista), ¿y es por eso que siempre buscamos en este día de la semana estar acompañados por alguien?. La modernidad nos ha traído consigo la muerte de un dios, por ende carecemos de la misa dominguera y un refugio para distraer la mente, es por esto que recurrimos a las drogas, a los amigos ó a la pornografía en youporn?. El domingo nos hace pensar cosas que nunca pensamos durante la semana, nuestra cabeza se convierte en un tetris en donde empezamos a acomodar piezas para eliminar filas incompletas. Buscamos desesperadamente encontrarnos con alguien menos con uno mismo, buscamos hacerlo todo más ameno, menos dominguero. Creo que los domingos (por mi parte) es el día donde más deseo estar acompañado, ¿es amar entonces un sentimiento calendario? ¿ó es el domingo un día para amar? Amar es una cuestión tan simple, tan simple como hundir un botón que haría explotar toda una ciudad entera y lo difícil no es tener el valor para hacerlo, sino la moral para llevarlo acabo y sostenerlo, es intentar salir ileso de conciencia por haber presionado “Push Here” “Love Here”. Entonces, ¿es amar una cuestión de moral? ¿Es tan personal como una obra de Shakespeare? ¿Ó tan institucional que lo obligan leer en el Liceo? ¿Sabrán nuestros maestros que Shakespeare y el amor son esenciales y que una errónea interpretación podría desbastar miles de corazones? Al final de las cuentas todo parece terminar en catástrofe: el botón, Shakespeare, los corazones y sobre todo el Liceo. ¿cuantas veces podremos resistir a que nos rompan el corazón? ¿cuántas veces habrá que gritarle a Julieta que se despierte antes que Romeo se tome el veneno? ¿tendremos que trascender de la vida para poder tener amor eterno? ¿o es suficiente abrir los ojos y ver esa persona al lado tuyo para sentirse pleno? Tal vez los horóscopos no mientan del todo y sea verdad que debamos mirar al lado para descubrirlo, ó tal vez la persona que escribe eso nunca leyó Kundera entonces no sepa lo doloroso de las relaciones y en lo inútil que es creer en el zodiaco de las revistas en la sala de espera de tu medico.

El hombre esta en una constante espera, tal cual como en esa sala, una espera pasiva a que venga alguien y le reconstruya sus heridas, porque cada cuerpo construye su propia Roma a partir de sus orígenes en el discurso amoroso, el seno, el Edipo, el amor venidero, cada cosa es una ruina que a su vez es cimiento para un nuevo edificio, y como el ADN cada beso dado se convierte en un cromosoma que en su conjunto nos hace ser el hombre que somos y después de mucho somos el residuo de miles de relaciones (cortas o largas, no importa). Yo estoy a la espera de que alguien me limpie (lama) mis lagañas cada vez que amanezca, cada vez que sea domingo, cada vez que romeo y Julieta mueran.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Luciernagas

Por tanto tiempo Ignacio había buscado algo, se había esforzado tanto que ní siquiera el cansancio había logrado vencerlo.

Sus paredes eran monocromáticas y la pila de libros sin terminar de leer que acumulaba bajo su cama daban muestra del abandono en el cual él había caído. Todo este asunto de cuadro depresivo le resultaba paradójico ya que nunca se le veía mal vestido y sus rulos siempre iban en dirección del viento cuando caminaba por la calle, sin embargo, bajo sus sabanas un revoltijo de lagrimas y esperma por masturbación suplicaban ser limpiadas. En su corazón había algo que le perturbaba, era tal el dolor que le daban ganas de arrancárselo con un cuchillo, meterlo en lavandina para limpiarlo y luego refrescarlo con unos riegos de hojas de menta, lastimosamente para hacer eso (se dio cuenta), tenia que morir, porque un hombre sin su corazón es hombre muerto seguro.

Lo interesante de todo este asunto era que hoy, mientras veía su reflejo inmóvil por la pantalla de la tele apagada descifraba cierta extraña tranquilidad en su alma, algo así como la del ángel Eternidad de esa obra que tanto amaba. Fue ahí etonces cuando se dirigió a la cocina, agarró un cuchillo, lo miró y le dijo:

-Nunca me arrebatarás mi corazón, y si eso llegase a pasar... seguro estarás en las manos del hombre al que Yo halla decidido entregárselo-.

Ignacio cerró el cajón donde guardaba sus cubiertos.

domingo, 31 de enero de 2010

Breve diatriba contra la moral de la envidia.

Mamá me enseño a no cruzar la calle sin antes no mirar para ambos lados, a tender la cama como sí fuera la de un elegante hotel y por último a no tenerle envidia a las cosas que los demas tengan y yo no. Hoy por hoy solo me ha atropeyado una vez un auto, mis sabanas siempre son blancas y estan templadas como si fueran las del Marriot, pero es sin embargo la envidia por algo que todos tienen y yo no la que me exprime como tierna hoja y no me deja dormir en las noches como las de hoy.

sábado, 30 de enero de 2010

Lo que escribís es demasiado directo

Llega el verano y comienzo a ver que ropa puedo transformar para la estación. Agarro remeras que ya no uso y las vuelvo musculosas, ni hablar de los pantalones o jeans, mi ley es: si ha estado más de 1 año sin uso y guardado en el placard, CORTALO! Fue así como el otro día iba caminando por la calle con un Levi’s comprado en el año 2001 y vuelto short (hace un mes) en la mitad del “muslo”, cuando de repente me vi reflejado en una vidriera, fue entonces cuando me percate de lo flacas que son mis piernas, ósea, soy conciente de mi delgadez, pero verse en el reflejo como un transeúnte más que camina por Santa Fé y Scalabrini Ortiz generó en mí toda una nueva perspectiva de mi cuerpo. Metí mi mano al bolsillo y le subí volumen a mi Ipod , caminé al ritmo de los bites de alguna canción que sonaba y con mis piernas bien flacas y todas piqueteadas por los mosquitos fui feliz, si, soy un flaco feliz. Para cuando ya había llegado al Jardín Botánico y estaba a unas cuantas cuadras de mi psicóloga pensé que seria un buen tema para abrir mi sesión.

Abro paréntesis. Mi psicóloga esta toda bronceada porque se fue a brasil, en su oficina tiene un cuadro de Dalí junto con una fotografía de Freud, se llama Alejandra y es la primera persona que nunca desde hace tres años y medio que llevo viviendo acá que me ha preguntado el significado de chévere. Cierro paréntesis.

Bueno, no sé, le dije… si, si sé (uhhh, estoy dudoso pensé, maldito psicoanálisis uno no puede tener dudas porque ya hay quilombo) -SOY FLACO-. Afirmé

-Y?-. Me dijo ella, sabiendo yo con la certeza que estaba a punto de reír.

-Pero soy un flaco feliz-, le respondí.

-Si, eso ya lo sé -. Hizo una pausa esperando respuesta mía y al no encontrarla volvió a intervenir, -y es que antes no lo eras?-

-Creo que no... es que hoy me vi reflejado en una vidriera (Uds. ya saben la historia) y de repente me sentí como Kate Moss en versión masculina-.

A partir de aquí en adelante la sesión se va ha censurar porque empiezo a compartir mucha intimidad.

La cuestión es la siguiente, si, hay cosas que deben de ser vetadas, censuradas, y no hablo de un par de tetas o el vocabulario cochino y vulgar de un actor, ¡no!, hablo que hay cosas que son personales y muy propias que uno debe de guardarse para uno mismo, pero exponer sentimientos en un blog, sentimientos que han sido cuidadosamente seleccionados y más allá de su mala redacción pueden ser compartidos. Esto va a que mucha gente me ha dicho que mi blog es “muy directo”. A lo cual mi respuesta es: ¿qué te importa si escribo lo que siente mi corazón por un chico? ¿O si cuento mi angustia existencial hacia el amor? (que ya bastante trabaje con mi psicóloga bronceada en brasil y que ahora puedo contarlo bastantemente tranquilo). Lo que me interesa a mi es contar eso, mis dramas que son solo míos, lo que me hace llorar cuando me empedo, lo que mis amigas han tenido que soportar noche tras noche, y lo que vos (y han sido tres los que me lo han dicho) pedazo de nabo no vas a poder generar nunca en mi como hombre, como lo generó esa persona(s) hace un par de semanas, meses ó años atras. No me interesa contar historias pelotudas de putos que se ven reflejados en alguna vidriera (¿?), Carrie Bradshaw ya contó todo respecto a el sexo (y todo lo que esto implica) en una ciudad, ¿qué nos queda a entonces a nosotros? más que hablar de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de esos sentimientos que muchas veces ni siquiera nos atrevemos a tocar. Así que para aquellos que mi blog es demasiado directo, bien puedan irse a leer la sección Trágame Tierra de la revista .

http://www.esmas.com/revistatu/tragame/


(Dedicado a mis piernas flacas y a los cuadros de Dalí y Freud en mi consultorio).

viernes, 29 de enero de 2010

Éramos todos niños.

Éramos todos niños, disfrazados de animales en el bosque y alimentados por zarzamoras y otras pequeñas frutas silvestres. Sentado mirando el lago vi a un niño que tenia los pelos rojos y tocaba con dos palitos de madera un tambor que sonaba bastante ronco. De entre las rocas se despertaba una niña, llevaba unas botas puestas y vestidos de lana, olía a menta, se acercaba a nosotros bailando en círculos alrededor de violetas, el sol le iluminaba la piel blanca, como una fotografía sobreexpuesta. El niño del tambor se paro en el tope de una colina y grito palabras de entusiasmo, como si estuviésemos en una guerra, la niña con olor a menta y yo corrimos colina arriba, el tambor seguía el ritmo, acrecentaba el paso, la huella en el pasto. Todo fue blanco, yo me tiré de rebote y en rollito y rodé colina abajo hasta quedar patitas arriba. La niña que olía a menta simulaba los saltos de una rana y en su raro acento algo cantaba, el niño del tambor tocaba nuestro himno, sus ojos llorosos mostraban el regocijo, de entre las hierbas una nueva niña se unió a nuestra marcha, era rubia como el sol, entre sus pelos colgaban margaritas y tocaba el trombón.
-¡Avant!- Grité yo, y corrimos juntos de la mano, hasta encontrarnos un gran árbol, hueco adentro, cabíamos perfectamente los cuatro, adentro comenzamos a girar como si fuéramos héroes en transformación, como ya se imaginarán las risas colmaron todo el espacio, el cielo dejó pasar más aún los rayos e iluminaron las partículas blancas que flotan en el aire envidiosas de tanta felicidad, éramos todos niños.
Cansados de tanto juego los cuatro nos dormimos una siesta, la niña margarita nos tendió una cama con las flores que parecían brotar de su cabeza, el perfume y el acolchado parecía que fuese la cama de un rey de otro planeta,
-dulces sueños- dijo la niña margarita y yo que tenia frío fui cubierto por las mantas de lana que tenia la niña que olía a menta,
-siempre llevo de más porque se me enfrían los pies-, nos dijo a todos en un susurro y luego se hecho a risas. El niño del tambor saco de sus bolsillos unos cascabeles y comenzó a cantarnos canciones de cuna, quise darles algo mío que llevaba colgado en una bolsita al lado de mi bolsillo, pero el cansancio me podía,
-será mejor cuando despertemos- pensé, y mis labios entrecortadamente así lo dijeron, entonces caí en un profundo sueño.
El ocaso nos despertó junto con el trineo de los pájaros, al niño del tambor le sonó el estomago, era como un gran oso el que vivía ahí adentro, todos nos reímos, la niña margarita nos dijo, no se vayan, ya vuelvo y en un cerrar y abrir de ojos, o en lo que tarda un picaflor besar la flor volvió cargada de un ramado de frutas, todas de mucho color. La niña con olor a menta sacó de su bolso un trozo de pan, lo partió en cuatro y todos disfrutamos nuestra gran comilona. Después de semejante banquete nos pusimos de pie y enunciamos nuestra marcha, corríamos por la pradera, hacia donde el sol huía, el viento estaba a nuestro favor e incluso nos tocaba melodías, corrimos sin cansancio por horas, incluso por días, nos contábamos cosas y hablábamos de los bosques de donde cada uno venia, hasta que en medio de la encrucijada nos encontrarnos con una pared, alta, muy alta, cubierta de hiedra y otras malvadas plantas, las espinas cortaban, el veneno adormecía, teníamos que cursarla, aunque no supiéramos que nos depararía. El niño del tambor nos ayudo a subir haciendo un peldaño de escalera con sus dos manos entrecruzadas entre ellas, la niña margarita fue la primera, trepaba con mucha sutileza, cuando llegó arriba asomó su cabeza y con su mano nos hizo señas mientras soltaba una risa. Luego subió la niña con olor a menta, yo tenia miedo que algo nos pasara en esa escalada, abrace muy duro al niño del tambor, el cual me dijo no había porque preocuparse y a la cuenta de tres, uno, dos, tres: empecé a subir. Largo era el trayecto y mientras trepaba mi bolsa donde llevaba mis piedras mágicas se atoró en una rama, trate del alcanzarla, pero mis dedos no llegaban y en forcejeo la bolsa cayó al suelo, no tenia que darles, ya había escalado mucho como para bajar y recuperarlas, me sentía mal, triste, fue entonces cuando el niño del tambor que era más habilidoso que yo ya había llegado a la cima y con gritos de entusiasmo me decía:
-¡apúrate, apúrate!- dándose media vuelta y lanzándose del otro lado de la pared, yo subí apurado, y cuando se descubrió la vista que el muro entorpecía, los vi a los tres niños caminando cada uno por su lado, alejándose, hasta convertirse en un punto en el inmenso horizonte. Éramos todos niños y el tiempo ha pasado, yo también seguí en mi camino, ha sido difícil caminarlo solo, pero en los malos momentos gracias al buen viento oigo las voces de los otros niños y como no pude darles nada mío, es esta fabula la que hoy les escribo.

miércoles, 27 de enero de 2010

those were my decisions

Ignacio se dio cuenta que ya no hacia calor, apago el ventilador y pensó:

No puedo arrepentirme de lo que haya hecho, mis actos concientes ó inconcientes de lo sucedido esa noche, un 7 de diciembre, fueron un reflejo de una relación que era perecedera. El fin ya estaba cerca.

sin embargo...

Quiero dejar de recordarlo, quiero entender que estoy mejor así y que el extrañarlo es una simple idealización del pasado; Mente: no me jugues estas pasadas, destino ayudame esta vez por fin, por favor.

Y si...

Hay veces pienso que preferiria no haberlo conocido, asi me ahorraria estos sentimientos. Es preferible lamentarse por lo no sucedido a sufrir por lo que fue y ya no esta nunca más, nunca.

lunes, 25 de enero de 2010

En su momento llegará el indicado, son las 6 palabras que más he oído.

Algunas veces me preocupa tener 25 años y no haberme enamorado y pienso, porque pienso mucho (de más incluso) que si así pasó volando mi cuarto de siglo, fácilmente podré tener 50 y seguir lamentándome por no haber amado nunca.

Prendo un palito de sahumerio que en su estuche dice: “romance y amor”, de fondo Lisandro Aristimuño nos maldice con su hermosa melancolía e idelizaciones de amores que a muy pocos les suele pasar, ó que peor aún, creen que les pasa y con el tiempo resulta ser una desilusión más.

No me gusta ser pesimista en esto del amor, no sé sí es la edad, pero una vez me encontré diciéndole a mi grupo de amigas (unos cuantos añitos más jóvenes que yo), que con el crecer se volvía más complicado el acto de amar. La desilusión en sus rostros fue tal, que tuve que decir algún chiste para tapar mi frustración y las mil heridas de mi corazón.

Ahora ultimo me encuentro un poco más optimista, o no sé sí esto ya sea resignación, como sea, cualquiera de las dos me vienen bárbaro. Ahora no solo disfruto de mis diálogos amorosos con chicos imaginarios, sino que saludo a un alguien cada vez que entro a casa, y si, lo disfruto, disfruto de estar en la compañía de mi amante imaginario, de dedicarle canciones que a mi me gustaría que algún día alguien me dedicase y por qué no leerle frases de libros que seguramente compartiría, y es que hay veces sucede tanto en mi cabeza, que como me dijo alguna vez un amante (y es de las pocas cosas que de él rescato), ya estaba cansado de que el mundo me pasara por delante de mis ojos y no poder compartirlo con alguien.

martes, 19 de enero de 2010

Reciclaje de frases de amor.

(Creo fielmente en el reciclaje de frases de amor, no porque la imaginación no permita crear más, sino porque cada vez que se dicen de nuevo y estas salen de vuelta desde el corazón se resignifica, e incluso logra redimir al antecesor, como si fuera una yuxtaposición de tiempos, un fundido encadenado donde el pasado deja paso al presente. Es así como alguna de estas frases las he dicho, me las han dicho, las he imaginado, las he escuchado decir y que se las han dicho a otras personas. Gracias a todos ellos que de alguna u otra manera se han vinculado conmigo por medio del discurso amoroso).

"El amor no se extingue, simplemente se traslada de lugar".
Respuesta: "El problema es cuando la otra persona no quiere que cambie de lugar".

"Amar a alguien es como correr una maratón y yo llevo corriendo al lado de su papa 25 años hijito".

"Tú fé no esta en Dios, sino en el amor, pero cuidado, no la idealices".

"Mi psicóloga me dijo que tengo que aprender a dejar de relacionarme intelectualmente con las personas (hombres), el problema que me pasa con vos, es que cada vez que me coges, terminas susurrándome al oído algo de Wong Kar-Wai".

"Te presto mis rulos para que los acaricies cuando te canses de los tuyos".

"Sos un tipo de flaco con quien uno se puede sentar en un café y hablar cosas copadas".

"Créeme, una persona tan flaca como vos no se olvida así de fácil".

"La primera vez que te vi entrar pensé que eras un chico que venia de New York".

"Sos un hombre vestido y yo un chico desnudo recostado al lado tuyo".

"Tengo miedo de que más allá de mis 10 canciones más reproducidas en mi IPod y mi par de jeans Felix se de cuenta que soy normal tirando a standard menos".

"¡Hey! Mirame… ESTOY AQUÍ".

"¿Por qué no usaste mis piernas como almohada?".

"Ya está, cuando uno quiere y la otra persona no, no se puede hacer nada más. Ya fue".

"Como una loba en celo, voy a lamerte tus heridas".

"No sé que tan poco o que tanto estás acostumbrado a sentir, pero insisto, sentirse amado es el mejor momento".
Respuesta:
"si, ha de ser así, me imagino. Yo solo he sido amado por mi madre, padre y hermana, pero en mi cabeza y en las mil y un historias que me creo, siempre sentirse amado es bonito."

domingo, 17 de enero de 2010

Hielo en mi coca cola light.

odio cuando la puerta del freezer no se puede abrir inmediatamente al haberse accidentalmente o no cerrado.

sábado, 16 de enero de 2010

Estar Bien

Hace falta poner una canción vieja, una de Janis Joplin por ejemplo, prender el cigarrillo de reserva que se esconde entre las copas sucias de polvo por el poco uso que últimamente se les dan y poner toda la voluntad de estar bien. La historia que voy a contar es sencilla, el chico con quien salía hace un mes y el cual así como llegó, me dejó por que quería estar solo, ahora esta de novio con alguien no solo seguramente más lindo que yo sino... -!mierda!- MÁS LINDO QUE YO. Así que mi cabeza razonó dos cosas muy adentro suyo, la primera fue (dos puntos): ponerme mal y poner la canción melancólica que siempre oigo para sentirme un desgraciado ó la segunda (dos puntos): tragarme profundamente esa rara sensación y decir: estoy bien sin él. Para muchos esto podría ser una negación, para mi psicóloga un gran paso y avance de diván, para mi una noche de sábado más llena de pensamientos al pedo que se prolongarán en un terrible domingo. Dentro de todo esto me pregunto: ¿es tan difícil conocer a alguien que valga la pena? ¿hasta que punto esta dispuesto uno a conocer a alguien sin desgastarse emocionalmente? ¿lo mejor será meterme a un gimnasio y subir unos kilos de más? ¿las bananas se meten a la heladera o se dejan afuera?
Los años pasan, ¿sabes? Y el miedo a que todo se vuelva conforme… y no hablo de desayunar todos los días lo mismo, no, hablo… ¡me asusta!, ya no sé que decirte, ya no sé que pedirte. Ya las doncellas del mayo francés dejaron de cantar, ahora mírame a los ojos y decime que me amas, porque seguir la vida así… tan ordinaria.

Si, ayer hable con él y no, nunca estuve conforme, vos sabes, yo sé que vos sabes, y lo gracioso es que le repetía palabras que ni siquiera eran mías, mientras que el saxofón aún me recordaba lo malo que el recital había sido, bah, estas peor que Nicole Kidman, le dije y fue feo, porque luego pensé: Yo soy mucho para él.

Dame un cigarrillo, en momentos así es cuando de verdad lo necesito.

¿Cómo voy a estar bien? Estoy es más tranquilo, aunque el temor de volver y el saber que no están ellos, que esa calle me recuerda ya a tres idos, que de mi guía debo de eliminar algún que otro recorrido, que esas personas que tanto me abrieron ahora son solo el recuerdo y yo a vos ni siquiera te tengo, ni si quiera eres mio.

Esta mañana me levante y estaba envuelto en las sabanas, y me recordaron a vos y para qué, sí son tan solo las siete y media de la mañana. Las botas, el teatro, mis manos con el olor a tu sexo, un corte nuevo de pelo.

Disculpa, ¿tenés fuego?

No sé, debe de ser el polvo. ¿CUÁNDO PODRÉ ABRAZARTE?. Es gracioso, ¿sabes?, Sontag definió a Arbus y a Warhol como opuestos, sin embargo aclara ella, que ambos llegaron al mismo resultado, la primera desde lo marginal y el segundo desde lo capital y ahí encontraron la belleza. Bueno, no quiero sonar engreído pero lo mismo me pasa con una amiga, ella desde su abundancia y yo desde mi escasez, buscamos lo mismo y no lo encontramos, pero por lo menos quiero creer que descubrimos belleza en el camino.

Vértigo

Aún me pregunto a dónde se van esos besos que nunca más se dieron. ¿Qué ha de ser de ellos? Hay veces pienso que se proyectan en besos venideros e intentan recuperar los labios que tocaron, algo así como en esa película de suspenso donde un hombre intenta convertir a una mujer en el amor que ha perdido.
El sabor de la naranja dulce y el pescado exponiéndose (atestando) el aire.
La cocina esta limpia y mis manos siguen sucias, el piso dañado y la boleta de las cuentas. Alguien toca la puerta.

El Perro y El Canario

Ten paciencia, me dijo un perro alguna vez, y sin entender miré al canario y luego huí. Ahora bien, tengo paciencia y extraño el no tenerla, el buscar interminado, el besar de aquel pájaro, son solo dos, contó con sus dedos, son solo dos, murmuró, y juntos no hacen uno, no hacen el amor.

Sonidos sin pretextos, solo sonidos tan graves como vos, y el ajo entre los dedos y las uñas que no tengo, recuerdan el sexo y el cuchillo con que se corto.

¿Basta ser lo suficientemente hombre para encontrar al hombre? No sé.

Piernas delgadas entrecruzadas, amanerado y corredores amarillos de cielo morado retumban su nombre de burlas y colegiales desvastados.

Creer, pensar, ser superficial y afeminado. Sostenme, ven ya y sostenme.

Despedida a un Amante

La porno mal gastada sobre el cuerpo inocente, las manos angustiadas por el olor ausente, ya sé bien que no soy tu hombre, el que lucha, el que bese; soy debil, mucho más debil. No obstante aún te pienso y sobre todo te anelo, por qué no me abrazás y venís a bajarme la fiebre, que las sabanas estan limpias y bien tendidas, los vecinos creo que duermen, solo es eso, el gesto.

La lacena sucia y la señal incipiente, las maletas empacadas de la puta que algunas veces viene, la tristeza del cotidiano, la pareja que no se entiende y por amor forzado aún se mantienen, se esconden en fotos de un hijo no engendrado que a su vez no es hijo. Todo se detiene y aún no me respondés, no sé si valga la espera y el tenerte paciencia, no sé si mi cuerpo pueda sostenerlo. La parada del colectivo, ella, las luces, el cuerpo adolorido, el agua fria, ¿por qué no tomás un poco?… creo que esto es lo más que podemos llegar a hacer: amigos.

Creo en el afan de enamorarse y eso lastimosamente es lo que me hace estar contigo, no concibo sin embargo el desorden de los besos, el mal cine acarciando mi pantalla, tus dedos, el perfume de tu cuello. No soy ese hombre y tu tampoco lo eres, ven al mar, ven y muere, en el encuentro sobre mi cuerpo.