viernes, 20 de julio de 2012

Las sombras que vuelan sobre mi cabeza algunas noches no me dejan dormir

  • Sin importar que a nuestro parecer ella esté haciendo las cosas bien o mal… más allá de que sí sus acciones son correctas o no, a ella se le está yendo la que hasta en este momento cree que es la mujer de su vida, junto con su hijo parido desde otra entraña. 
    Y esa sensación de no saber para qué y sobre todo para quién es, le genera mucho miedo, una especie de dulce angustia justo entre su corazón y donde ella cree que habitaba el alma, y que en algunas ocasiones le hace vomitar.
  • El problema era que en el amor ella no sabía estar sola y su extrema belleza parecía jugarle en contra. Normalmente le invadía un sentimiento de que era tan poca cosa, que podría agradecerle a cada persona que se dignaba a darle un poco de amor, sin saber que en realidad merecía todo el amor del mundo, incluso aquel que le correspondía a su gemela androide que vivía en alguna otra galaxia inexplorada, incomprendida.
    • -Somos un montón de gente parados en una roca que flota en el espacio y que busca enamorarse. Tal vez algunos nacimos para vivir solos-, pensó. Y ésta triste idea le partió el corazón en millones de pedacitos chiquitos que fueron hervidos y comidos en un acto de canibalismo propio con la esperanza de que adentro de su cuerpo se volvieran a unir y se reconocieran como el ser que antes eran, un corazón feliz.

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